Es seguro que no se le chispoteó a Chopitea ni a la oligarquía peruana

"La democracia tradicional es una tomadura de pelo"

José Saramago

La oligarquía peruana y sus títeres en el Ejecutivo, acusan a Ollanta Humala de ser el autor intelectual del Andahuaylazo, para intentar llevarlo al Poder Judicial y luego a la cárcel. Las estrategias, coartadas y calumnias se multiplican contra el candidato nacionalista, pero estos mismos sectores, son los que dan saltos al vacío.

Escribe: Garabombo

Sin intención de ser sarcástico, pero el conocido empresario televisivo peruano Genaro Delgado Parker –caracterizado por hacer tinterilladas y arreglos bajo la mesa con el Poder judicial y con los políticos poderosos de turno— hace algunos meses, dejó para la posteridad, una frase tan real, tan precisa y dedicada a nuestra oprobiosa hipocresía peruana (Herbert Mujica dixit). "Blandito, asustado y cagado en los pantalones" refiriéndose a Alejandro Toledo, el siervo de George y Jeb Bush. Lo mejor de este dicho, además de su significado, es, que es multiuso, pues, se la podemos endosar a un número indeterminado de personajillos de lo establecido, que por esas cosas de la vida, dirigen los destinos de nuestro país y se lo merecen.

Esta construcción que se llama Perú y se apellida Neoliberalismo, tiene dos pisos –por ahora— los ejecutores del primero y el segundo, respectivamente, han sido Alberto Fujimori (1990-2000) Alejandro Toledo (2001-2006) y el que se encargó de realizar la instalación eléctrica aunque muchos no se dieron cuenta fue Valentin Paniagua (2000-2001). Pero según, los agentes financieros-políticos externos, esta construcción debe tener más pisos, y para eso se "debe" ni siquiera hay el, "podría", elegirse al mejor representante, entre: Lourdes Flores (Unidad Nacional) Alan García (Partido Aprista) Valentin Paniagua (Frente de Centro) y el inhabilitado Alberto Fujimori (Alianza por el Futuro) y si la población escoge otro, todos los peruanos están en riesgo de resbalarse del segundo piso de la construcción hasta el sótano.

Por eso, el recién contratado arquitecto de la obra, un tal Alejandro Tudela Chopitea, Ministro de Justicia, cuida que los peruanos no resbalemos al sótano. Por eso, siguiendo las iluminadas denuncias de Alberto Quintanilla (el comisario de Fernando Olivera) y con la frase: "la justicia es un valor supremo" Tudela Chopitea quiere quebrar las preferencias de la gente, y es, que ahora para muchos como él, algunos senderólogos y otros demócratas como Gustavo Gorriti, las encuestas no sirven o están lejanas a la realidad, también argumentan que la campaña presidencial aún no ha comenzado. Estos mismos son los que despotrican contra Hugo Chavez acusándolo de dictador, a pesar de haber ganado 9 elecciones limpiamente, y aguantar toda clase de ataques de la prensa venezolana e incluso el mismo Gorriti que acusa de racista a los Humala califica al presidente venezolano como gorila ¿Acaso esto no es racismo? ¿O es una interpretación auténtica de la sociedad civil?

Y en esta lucha existencialista sin rumbo, la justicia peruana retoma el tema del Andahuaylazo (Enero 2005) y apunta hacia Ollanta Humala como autor intelectual del hecho, para intentar detener el avance nacionalista. Y como si al mismo Tudela Chopitea se les chispoteara, afirma casi inocentemente: "Pese a que la investigación judicial podría prestarse a suspicacias porque Humala está liderando las encuestas, será el Poder Judicial el que sindique a los responsables". Pero, qué manipulador tan tonto, el mismo anuncia la sospecha. Seguro que lo aconsejó un asesor de Toledo, para que el mismo bombardee su coartada.

A la doctora Patricia Oversluijs, magistrada suplente del 38 Juzgado Penal de Lima, que tiene a su cargo los expedientes del Andahuaylazo, también se le chispoteó. Ella aseguró en un medio de comunicación (Diario Peru21-18/01/06) que citará a Ollanta Humala: "En una instrucción, puedo actuar con todas las pruebas que considere necesarias. Puedo citar a las personas que yo crea conveniente. En todo caso es público y notorio lo que se está haciendo".

Entonces, lo que quiere Tudela Chopitea y demás secuaces, es ponerle a Ollanta los cargos de comunista, chavista, velasquista, terrorista, recontra-ultra-nacionalista y para contentar al eslabón perdido de la familia Mariátegui (Aldo) también el mote de fascista. Toda esta gran estrategia es realizada por el bien de todo el pueblo peruano a quien se le debe salvar de la barbarie, del salto al vació o mejor dicho, de que no resbale de esa construcción llamada Perú y apellidada Neoliberalismo, para convertirse en una nación descolonizada, que estaría ubicada en el sótano de la construcción. Por esto y, porque se cagan en los pantalones, toda esta estrategia, de seguro que no se le chispoteó a Chopitea ni a la oligarquía peruana.